lunes, 21 de febrero de 2011

Wikileaks y una melodía estridente llamada locura

Hacía meses que había abandonado el blog. Las cosas que tienen sentido en la vida se pueden abandonar fácilmente, pero las otras no tanto: fumar, actualizar el blog, etc. Sé que muchos lectores quisieran tener en sus manos ahora la correspondencia secreta que Barsut y Sanchez Thompson intercambiaron durante este año y que aclara todos los misterios de la personalidad y la grandeza humana (sí, de eso se trata) de estos dos forajidos con contrato como decía Dárgelos. Donde se habla de Barsut como de un "comediante desesperado" y de Sanchez Thompson como de...la viuda de Hunter Thompson que es el papel vergonzoso que está haciendo a mis espaldas y que, espero, sea sólo una máscara del poeta de la Historia que escribió este canto homérico de un tirón:

Ayer mientras algunos se regocijaban hablando del avión que vino desde EEUU con drogas ilicitas, yo me la pase mirando un documental de Peyote en Mexico.

Mientras los políticamente correctos periodistas se rasgaban las vestidura por la explotación y esclavización de los quedridos campesinos y compatriotas...yo estaba emborrachandome, mientras escribía poesías...

Cuando el tren chocó en San Miguel, yo estaba conversando con Dios. 


Si bien hice un retoque al final del texto (porque no puedo evitar hacer lo que se me canta), no hay cable de Wikileaks que pueda competir con el alma lozana del poeta. Cada palabra es una altanería hermosa y sofisticada; cada métrica, un alimento del alma. Cada silencio, un requiem a nuestra vida llena de mediocridad.

EDITORIAL DE SÓLO NOS IMPORTA EL NEGOCIO:

Damos cosas buenas, porque hasta ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos.
Si un hijo tiene hambre, le dan pan y no una piedra.
Nos preguntamos: ¿Qué mérito tiene ser bueno con quienes son buenos con ustedes?
¿Acaso no hacen lo mismo los escribas? ¿Los hipócritas?
Vuestro Padre hace salir el Sol sobre justos e injustos y  hace llover sobre justos e injustos.
Sean, pues, perfectos como vuestro Padre que mora en lo secreto.


Quien tenga oídos para oír, que oiga.

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