lunes, 2 de mayo de 2011

Réquiem para un Sueño Latino



El encuentro entre Barsut y Sanchez Thompson tuvo lugar en el barrio de Villa Crespo, en la casa de Mente Brillante. Barsut llegó borracho y Sanchez Thompson, fresco, después de empaparse por la lluvia del viernes.
Barsut, conversador incontinente, relató a sus amigos su primera experiencia de una falsa amenaza de muerte que recibió de parte de un amigo, en joda. "¿Vos sos el periodista? No vengas a hacerte más el gato acá eh. Si entrás mañana al barrio, te la damos".  La amenaza lo había dejado pálido y sin palabras. Además del miedo (la realidad no supera a la ficción), vio derrumbarse su futuro profesional y sus proyectos. Por otro lado, sintió un pequeño orgullo personal   ("¡Me recibí de periodista!") y hasta cierta vanidad de que alguien pensara en él, aunque sea para matarlo. Pero eso es muy patético de contar.
Barsut relató además su último "desmayo místico" ocurrido durante una cena en un restaurante  en Avellaneda.

- No es leyenda eso - aclaró Sanchez Thompson-. Creo que es un problema neurológico, y estás tratando de construir una personalidad excéntrica contando experiencias de muerte planificadas (te acostaste antes de perder el conocimiento) y falsas amenazas de muerte. ¡Sos un comediante barato!

El comentario hiriente de Sanchez Thompson puso a la defensiva a nuestro héroe Barsut, que sacó a colación un tema que ya venía investigando para un documental, vinculado a la antropofagía de las tribus amazónicas; y que se relacionaba directamente con los antepasados de nuestro héroe Sánchez Thompson.

- ¿Qué opinión te merece el canibalismo? - preguntó socarronamente Barsut.

- Ninguna. No puedo juzgar algo de otra cultura.

- ¡Ahhhh! - dijo Barsut-. No te parece tan malo probar un bocado de alguien de tu misma especie. Sabía que eras un pervertido, pero no sabía que tanto como para transgredir la más elemental de las leyes de Dios y de los Hombres.

El clima estaba tenso y se cortaba con un tramontina. A esta altura, Mente Brillante estaba desconcertada. O aburrida. Y todo el combustible de la noche se había acabado.El último pensamiento de Mente Brillante antes de dormir fue: "¿Cuánto cobrará un sicario por eliminar a estos dos infelices?".

miércoles, 6 de abril de 2011

¿Quién carajo es Sanchez Thompson? Segunda parte

Reproducimos a continuación la conversación entre el director general de Sólo nos importa el negocio y Barsut El Editor acerca de Gabriel Sanchez Thompson. Este extracto nos revela signos del caracter del poeta marginal que es lo que nos disponemos a develar en esta entrega. La conversación tuvo lugar en la oficina del director general del blog un jueves a la tarde en microcentro. 




-¿Qué hacemos con ese chico Sanchez Thompson? Hace meses que no viene a trabajar. Nos trae más problemas que soluciones. Tuviste que llamar a su mamá cuando se perdió en la selva. ¿Leíste lo último que escribió? Habló de fornicar a su madre.

- No, no. Dijo que fornicaría en el velorio de su madre...pero esa era otra nota. Tenés que leer lo último que escribió..

- ¡Es un degenerado, Barsut!. No me gusta nada ese chico. ¿Qué edad tiene?

-Menos de 25.

- ¡Dios! Toma whisky como si fuera un ruso. O vodka. Escribe que se fornica a su madre y viene cuando quiere. ¿Para qué mierda me lo trajiste?

- ¡Yo no lo contraté! Escribe poesías y pensé...

- Sí, pensaste ¿qué? ¿Tiene asignada alguna tarea?

- No, pero tampoco cobra. Se fue de vacaciones y perdí el contacto. Pero podría llamarlo para algo. Tiene pasta.

-Sí, pero se emborracha. ¿Le gustan los cuchillos?

- Creo que no.

-Mejor así, podría ser peligroso. Dale una nota y que se interne en la selva uno o dos meses. ¿Está bien?

- Sí. ¿Pero si se pierde otra vez?

- Que se pierda mierda. Quiero que pongas en la portada el chico que va a la selva a buscar el Reportaje a unos aborígenes. Si se pierde, ponemos que se perdió. Hacelo por entregas y que el chico cobre por cada una. ¡Pero que sea algo bueno Barsut! No quiero enterarme a quién fornica ni las pajas que se hace. Quiero una buena crónica y saber que él es uno más de ellos. "El chico que se convirtió en salvaje". Algo así. ¿Qué te pasa? ¿Por qué ponés esa cara?

- No sé. Son dos meses. ¿Qué va a comer? ¿Dónde va a vivir?

- No lo sé. Dale un cuchillo. Que se defienda como un león. Ofrecele la tapa de Sólo nos importa el negocio. Dale todo lo que pida.

- ¿Y la plata?

- Yo te voy a dar la plata, maricón. Voy a regalarle una buena botella de whisky. Mantenelo con vida dos meses y yo te prometo un ascenso. Tengo un equipo de acampar con todo lo necesario. Y una Browning también para asustar a los reptiles.

- Eso le va a encantar.

-¡No! ¡Es por prevención! ¿Crees que estoy tan loco como para darles un arma cargada registrada a mi nombre? ¿Qué les pasa?  ¡Y no pongas esa cara de boludo! Yo me despellejo 10 horas por día por ustedes, tengo que lidiar con cada problema que me traen. Y si me voy antes que alguno, me roban las computadoras. Andan con olor a vino a las 11 de la mañana y orinan en los tachos de basura. Son parias. Un día voy a traer el arma y a enloquecer. Te lo juro Barsut. No va a quedar ni uno de ustedes.

- Tranquilo, hombre. Todos tenemos problemas.

- Espero que el chico Sanchez Thompson sea un tipo decente. ¿Me dijiste que se graduó no?

- Sí.

- Mejor así. Te juro que lo pienso y no lo entiendo. Te metiste en la villa como si fueras el maldito capitán Kurtz. Me traes un chico que habla cosas obscenas de su madre y lo único que piden es plata, plata plata. No lo concibo. ¿Es de confiar ese chico? ¿Estás seguro que no va a dilapidar mi dinero e inventarse toda la nota?

- Yo pongo las manos en el fuego por él.

- Mejor así. Un degenerado más en el blog y estamos perdidos.

sábado, 26 de marzo de 2011

Cabezas quemadas por la locura

El exceso de los días escribiendo, publicando
y jugando con las historias de nuestros camaradas.
Las noches perdidas en las calles, frías, muertas y solitarias de
San Telmo.
El ácido y la marihuana y el whisky y la cerveza y el descontrol
y la locura y la traición.
Vomitando desde la ventana de un taxi, con los ojos perdidos, arrastrándome hasta mi cama.
Llegando a una radio desconocida, subiendo por escaleras y fumando yerba.
El miedo y el terror y la idiotez pasaron por mi maquina de escribir, vendimos a nuestros colegas, como hizo Judas con Jesús.
Nuestras celestiales alas se quemaron por el fuego que se desprendía de nuestros cigarrillos…, caímos al fondo del abismo.
Nadie más me miraba, nadie me devolvía una sonrisa y mi amor que se aleja con el pasar de los días, una nota en una manchada servilleta y el eterno juego de un poeta, borracho, melancólico, que siempre jugó en los extremos.
Soy un fundamentalista del amor. Norte o Sur, Bien o Mal, Felicidad o dolor.
Oh, eternos vínculos dorados, que cruzan a través del tiempo y la historia y que me obligan a llegar a los límites, sólo para sentirme vivo.
El pánico se extendía por cada célula de mi cuerpo, mientras tomaba cerveza en un viejo
Bar de San Telmo. Al llegar sólo gritos de odio se expandía por los ojos de esa chica.
Fui un desagraciado, un maniático escritor que recorrió las calles más oscuras en busca de la redención. Cambiando de un antro a otro, para terminar tirado al costado de una avenida.
Olvidando mi nombre, viajando a través de la historia, tomando fernet. La luna ya no estaba, el Sol ya estaba a mitad de sus responsabilidades, y yo delirando con mis viajes chamánicos.
¿Dónde están las mujeres? ¿Dónde están las patillas? ¿Dónde está el Sueño Latino?
Oh, queridísimo Sueño Latino, en qué habitación fría y solitaria estarás durmiendo, en qué abandonado manicomio estarás viviendo.
Viniste con promesas de historia y grandeza y te dejamos tirado en callejón sin salida, vomitando, agonizando, suplicando por ayuda.
Nunca entendimos la dicotomía de tu existencia.
 La lenta travesía de la tempestad sacudió todo mi universo.
 Y al final el ocaso llegó….,
El cigarrillo se termino de consumir sobre el cenicero, las puertas que se cierran y la última luz que se apaga.


Paz….
Perdón…


Sanchez Thompson

domingo, 20 de marzo de 2011

Confesiones de un creativo publicitario

Tengo varias decenas de blogs fantasmas en varias ciudades. Todo el mundo me lee pensando que soy yo. A veces soy una mina de mi edad, a veces un travesti o un taxi boy. Soy varios personajes de los blogs y es una actividad agotadora pero gratificante. Paso de un blog a otro, y aveces cuando algunos ya no tienen visitas (como éste) los uso de borrador de nuevos experimentos Es decir, que cuando me aburro actualizo uno viejo que no se lee (tengo blogs donde soy un taxi boy o un maestro, etc) y me gano la vida así.

Tengo miedo de un día perder el "referente", mi personalidad. Este trabajo te aísla de las personas y leí que muchos se suicidan o terminan activando el rasgo de la esquizofrenia. Pero ¿qué se puede hacer contra eso? Una y otra cosa van a pasar si tienen que pasar.

Tengo un blog donde soy Dr. Jekil y otro soy Mr. Hide. Me deprimo como todos cuando no les va bien con lo que hacen: si la gente pierde el entusiasmo o ya no logro aumentar las entradas a los blogs. Pero me digo "es un trabajo" y me pongo la camiseta y trato de divertirme. Invento dramas, comedias, historias en general; y para eso, tengo que estudiar muchas ramas del conocimiento. Conocí personas que no habían estudiado nada, y eso los hacía una especie de budas. Son creativos respetados, que rechazan becas de varios miles de pesos porque aman y desprecian a la humanidad. Son raros.

Yo trato de saber un poco de todo. De captar la esencia y esperar con ocio que llegue la inspiración. Pero hay que equilibrarla con el trabajo. Es lo más difícil.

jueves, 10 de marzo de 2011

Confesiones de un escritor fracasado

Queridos seguidores. ¿Este blog es leyenda? Barsut y Sanchez Thompson ya ni se hablan. Ni se necesitan, lo cual es síntoma de una gran amistad. Nuestra misión está cumplida, o ni siquiera teníamos una. Nuestro sentido del humor navegó las profundidades de lo obsceno y se transformó en aburrido y obsoleto, como todos los objetos de lujo (este blog lo es) lo que no significa que sea útil.

En fin, queríamos trasmitirles algo nuevo y refrescante, pero no lo hay. No hay más que polvo y sonrisas.

domingo, 6 de marzo de 2011

La vida en tecnicolor

Entrada 31 bis: al infierno por la puerta ancha


                                      

lunes, 21 de febrero de 2011

Wikileaks y una melodía estridente llamada locura

Hacía meses que había abandonado el blog. Las cosas que tienen sentido en la vida se pueden abandonar fácilmente, pero las otras no tanto: fumar, actualizar el blog, etc. Sé que muchos lectores quisieran tener en sus manos ahora la correspondencia secreta que Barsut y Sanchez Thompson intercambiaron durante este año y que aclara todos los misterios de la personalidad y la grandeza humana (sí, de eso se trata) de estos dos forajidos con contrato como decía Dárgelos. Donde se habla de Barsut como de un "comediante desesperado" y de Sanchez Thompson como de...la viuda de Hunter Thompson que es el papel vergonzoso que está haciendo a mis espaldas y que, espero, sea sólo una máscara del poeta de la Historia que escribió este canto homérico de un tirón:

Ayer mientras algunos se regocijaban hablando del avión que vino desde EEUU con drogas ilicitas, yo me la pase mirando un documental de Peyote en Mexico.

Mientras los políticamente correctos periodistas se rasgaban las vestidura por la explotación y esclavización de los quedridos campesinos y compatriotas...yo estaba emborrachandome, mientras escribía poesías...

Cuando el tren chocó en San Miguel, yo estaba conversando con Dios. 


Si bien hice un retoque al final del texto (porque no puedo evitar hacer lo que se me canta), no hay cable de Wikileaks que pueda competir con el alma lozana del poeta. Cada palabra es una altanería hermosa y sofisticada; cada métrica, un alimento del alma. Cada silencio, un requiem a nuestra vida llena de mediocridad.

EDITORIAL DE SÓLO NOS IMPORTA EL NEGOCIO:

Damos cosas buenas, porque hasta ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos.
Si un hijo tiene hambre, le dan pan y no una piedra.
Nos preguntamos: ¿Qué mérito tiene ser bueno con quienes son buenos con ustedes?
¿Acaso no hacen lo mismo los escribas? ¿Los hipócritas?
Vuestro Padre hace salir el Sol sobre justos e injustos y  hace llover sobre justos e injustos.
Sean, pues, perfectos como vuestro Padre que mora en lo secreto.


Quien tenga oídos para oír, que oiga.

domingo, 13 de febrero de 2011

Auge y caída de Sanchez Thompson


¡Sombra terrible de Sanchez Thompson, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de tu noble pueblo!  




¿Así que quieres ser un escritor?

Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu
corazón y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas………..

                                 Decidí empezar con un poema de Charles Bukowsky, para aclarar un poco el oficio del escritor, para romper un poco las supersticiones, hay que de decir que las palabras arden adentro, es la única forma de poder expresarla y esto lejos de una relación con la moralidad, justicia y verdad…….. Siempre en términos sociales.
            Es un maldito infierno que quema cada célula de tu cuerpo……  Es difícil expresarlo en términos filosóficos o científicos. Pero empieza así:
1º-   Cuando estas lejos de las palabras o las teclas o la maquina de escribir, se siente una terrible sensación de estar lejos de vos mismo.
2º- Después de la 1º parte, llega la etapa más crítica del escritor. Obviamente, respondes a la primera etapa, que más bien, se relaciona con otras ideas locas, revolución, libertad, cambio o alguna que otra utopía.
            Dejas algunas reglas sociales y te embarcas en un viaje sin regreso, conciente o inconcientemente aceptas otras reglas,  pero estas ya sobrepasan lo terrenal, es un nuevo campo de juego, la recompensa es otra, el enemigo ya no se distingue, está en el aire, está en las calles, está en tus días y tus noches.  
              Después abandonás las universidades sistematizadas, operadas por monjes caníbales,  que observan tu espíritu, te miran a los ojos fijamente y absorben tus pocos suspiros de vida, que te quedan guardados en el fondo de tu corazón. ¡Bomm! …Se rompe la burbuja………   ¡Al carajo! En el fondo lo deseabas…… 
            Prendes un cigarrillo, miras  la pantalla o el papel…,   y es una gran sorpresa. Está todo ahí, tus manos dejan de temblar, tus latidos descienden, dejáss por un rato los sueños y llegás a un  profundo descanso.
            Resulto simple al final, porque ya estabas en la calle antes de empezar. Nadie vivió en una biblioteca y fue rey del camino, nadie lustró las botas de la comodidad, sin  escupir antes.
            Escuchas a  Williams Blake que repite desde el final del camino, con una gran sonrisa en sus labios y con sus ojos iluminados por la luz..., y desde lejos repite una y otra vez, muy suavemente:
           
            “Cruzaste el camino del exceso…, y al final llegaste al palacio de la sabiduría”


            No podés entender nada a causa de la fatiga… cerrás los ojos, dormís y volvés a empezar.
            A la mierda todo….,  releer, jamás….  ¿Razonar? A veces… ¿Reír? Siempre…
            La puerta se abre de un brutal golpe. ¡Ahora bancate todo lo venga! No hay una almohada a quién hablar, no hay cordura que te alivie. Sólo el brillo de tu sonrisa puede ganar.
            El soldado de plomo perdió la única batalla, el viento contó la única historia que vale la pena escuchar. Las palabras pasaron a ser sólo sonidos en mi cabeza,  esos ojos lentos miran a sol.
            ¿Qué otra cosa puedo aprender? Jajaja….
            Aunque grites no te voy a escuchar….  El show empezó, la cerveza brota de cada canilla que abro, hoy no voy a escuchar, sólo voy a pretender hablar.
             Ya me alejé…,  simplemente bailo, una y otra vez.
           
            ¡Cerdos oportunistas!
           
            ¡No! no van a aprender nada, perdí el control otra vez………
           
            Para mí todo empezó de nuevo,  me retiro en silencio. ¿Qué opinas al ver nacido en una cuna de cristal? Nada, idiota. Sólo podes ver la nada misma.
            Una y otra vez te gusta ser pisoteado por  mis botas cubiertas por mierda.  Y ahí llega lo deprimente de la situación, te gusta, te divierte, es lo único que aprendiste.
            ¡Al carajo, de verdad al carajo!  Ya estoy en el final de camino, mis ojos brillan, ya no imaginó…, solamente vivo…, el límite y la libertad…, es lo mismo…. Dulce niña de amor, ya estas en mi corazón.
            ¡Loco!…. ¡Loco del orto repiten! Ya perdí mi cordura,  veo espejismos en mi domingo triste, adiós mujer azul.
             
            ¡Púdranse!...  Llegue a Dios con un poema


            Miro al cielo, encontré mi refugio……, ya no me encontraran.
            El hombre está en la puerta
           
            ¿Qué voy a hacer?
             

            …….No puedo más……...


Sanchez Thompson 


sábado, 5 de febrero de 2011

Hunter Thompson, por Sanchez Thompson



No pretendo y no quiero hacer una biografía, ni muchos menos una bibliografía del Doctor Gonzo, para esas ridiculeces existe Wikipedia. Pero en estos momentos Tengo una copia en mis manos de su carta suicida,  mientras veo una imagen de la mágnum con la cual decidió pasar al otro lado, a la otra vereda… A la vereda de la eternidad. Ese caño color metal, frió, exacto,  parcial, imponente, se poso sobre su cabeza y…, al carajo los come-mierdas... Era de esperarse que se dispare, porque es algo natural para él, Hunter en si mismo era un arma.  A seis años de su salida abrupta, trato de recordarlo como él quería con un vaso de Wisky en la mano y en la otra un cigarrillo, lo demás es efímero, hasta estas vulgares y espontáneas líneas, al estilo de Blake o Kerouac, no es que quiera hacer un plagió, es la única forma que sé hacerlo y la única forma que me gusta. 
            Es un maldito hecho comprobable históricamente, que el padre del periodismo Gonzo, fue la única persona que se disparo dos veces. Los condenados ratones de biblioteca, aseguran que el periodismo Gonzo trata de romper la línea entre la subjetividad y la objetividad, que pone al periodista en el centro de la noticia y no como un simple observador. Todo esto suena elegante, educativo y hasta parecería revolucionario en términos narrativos.
            Pero todas estas definiciones, lo único que logran es ensuciar el agua de un estanque, para que aparente ser profundo.  El Gonzo te exige estirar tu propia cordura hasta que quede completamente deformada, a causa de las drogas, la exageración, el desprecio a la sociedad, y que todo sea un gran chiste, inclusive tu propio trabajo.  Si algún fracasado, novato y soñador sueña con coquetear con este estilo de vida, hay que tener bien en claro que el Gonzo te exige que hagas las cosas más descabelladas, no por  crear un personaje, ni muchos menos por tener una actitud anarquista… Es por el simple hecho de que hay que hacerlo… Podes estar en velorio de tu propia madre y si tenes que tomar un pase de cocaína en el medio del velorio ¿Qué vas  a hacer? No hay otra salida, lo vas a hacer. Para después salir a buscarte una prostituta y cogertela en el baño del salón velatorio, mientras tus parientes lloran en el cuarto de al lado.

“Si quieres ser un famoso escritor estadounidense, realmente no pienses salir en tiras cómicas”, Hunter S. Thompson

            Cuenta la leyenda que el Gonzo nació en el Derby de Kentucky.  Todos esos burgueses borrachos le causaban mucho desprecio a Hunter y la única forma de aguantar esa insufrible tarea  era con una potente ayuda de drogas. “¡Gonzo! Me gusta suena a Zen”, mascullo Thompson después escribir la nota y de que algunos empezaban a nombrarlo como el nuevo Mark Twain.
            Sin embargo, profundizar en los delirios de Hunter, seria casi como un “cliché”, ya muchos hemos visto la película “Pánico y Locuras en las Vegas”, que es la adaptación cinematográfica, de una de sus mejores obras “Miedo y Asco en las Vegas”, además, rondan historias por todos los rincones literarios, acerca de su desquiciada forma de ver el mundo. Pero todo esto resulta trivial al momento de juzgar sus obras. Fue un visionario, vivió de la forma más cruel y apasionada la década del 60, el “Verano del Amor”.  Como el mismo lo describe en su libro: “fui victima de la explosión de las drogas”.  Tuvo la gran perspicacia, de ver el ocaso de los 60, cuando todavía visionarios como Jerry García o el poeta Allen Ginsberg, soñaban con la utopía de la mano del LSD, habían creado un mundo con fecha de vencimiento, estaban tan enrollados en su propio viaje, que no pudieron ver como las fuerzas conservadoras iban arrasando con sus sueños. Llegaron a imaginar una nueva forma de vida-religión donde la marihuana y el ácido sean sacramentos sagrados. Mientras, García, Ginsberg y otros “beat” de la época, recorrían el país,  tratando de cumplir sus anhelos. Hunter ya empezó a ver el principio del fin. Una de las primeras señales que pudo distinguir, fue en la protesta anti-bélica que se hizo en Chicago en 1968. Al ver la terrible represión que desato con toda su furia el gobierno, sobre los jóvenes que protestaban,  se deprimió profundamente. Sandra Dawn Conklin, su primera mujer relató que después de la protesta, Hunter llegó a su casa y se puso a llorar como un niño que perdió su juguete preferido (y una de las pocas veces en su vida que derramo una lagrima). Según las palabras de Sandra, Hunter sin alzar la mirada, con su rostro cubierto de lagrimas, dijo: “estuve viviendo casi un año con los Ángeles del Infierno (Banda de forajidos motorista de la época. Escribió un libro sobre ellos) y jamás tuve que vivir tanta violencia, esté es el fin del Sueño Americano”.  Es una ley física y natural, mientras más luz irradia una estrella y a la vez su latido se hace más constante, es una clara señal que está a punto de hacer implosión y convertirse en un gran agujero negro, obsesionado con devorarse todo lo que hay a su alrededor, esa estrella de amor, drogas, paz y sueños, se estaba dirigiendo inevitablemente a ese camino.


“San Francisco a mitad de los años 60 fue una  época y un lugar muy especial para quienes lo vivieron. Quizás significase algo, quizás no, a la larga...; pero ninguna explicación, ninguna combinación de palabras o música o recuerdo puede rozar esa sensación de saber que tú estabas allí y vivo en aquel rincón del tiempo y del mundo. Significase lo significase (…)
            Había locura en todas direcciones,  a cualquier hora (…) En todas partes saltaban chispas. Había una fantástica sensación  universal de que hiciésemos lo que hiciésemos era correcto, de que estábamos ganando…
            Y esto creo yo fue el motivo...; aquella sensación de victoria inevitable sobre las fuerzas de lo Viejo y lo Malo. No en un sentido malvado o militar; no necesitábamos eso. Nuestra energía prevalecería sin más; íbamos en una cresta de una ola alta y maravillosa…
            Así que, en fin, menos de 5 años después, podías subir a un empinado cerro en Las Vegas y mirar al Oeste, y si tenías vista suficiente, podías ver casi la línea que señalaba el nivel de máximo alcance de las aguas...; aquel sitio donde el oleaje había roto al fin y había empezado a retroceder”  Hunter S. Thompson, Miedo y Asco en las Vegas 1971.

           

            La década dorada de los años 60 dejaron magníficos poetas, músicos, cineastas. Creyeron encontrar un camino y lo siguieron hasta que se toparon con un callejón sin salida y la vida les dio una golpiza, una sacudida de realidad. Hunter lo expresa muy bien “Su fracaso, fue también nuestro”.  Mientras transcribo las palabras del libro Miedo y Asco…, no puedo evitar sentir un terrible anhelo por algo que no conozco,  escalofríos, tristeza, admiración, pasan por mi mente  ¿Qué carajo haces cuándo ves tu mundo derrumbarse? ¿Cómo no creer que las cosas puedan cambiar? Si los 60 derramo a grandes escritores, que lucharon por algo que parecía fácil de hacer Kerouac, Ginsberg,  Kesey,  Burroughs, que pudieron captar toda esa energía y plasmarlo sobre el papel. Puede caber la posibilidad de que Tom Wolfe, sea uno de estos grandes escritores, pero yo no creo que él halla  entendido por completo lo que represento esa década para algunos, a pesar de tener una pluma perfectamente respetable e inquebrantable, en este campo lo considero como un mero espectador.
           

            “En el límite… El límite… no hay forma honrada de explicarlo porque las únicas personas que realmente saben de verdad dónde está, son los que han seguido hasta el final” Hunter S. Thompson, Los Ángeles del Infierno


            Mi botella de wisky está casi vacía, me quedan sólo 5 cigarrillos y salir a buscar estas cosas a las 12 de la noche, parece toda una expedición al Sahara. No tengo ganas, miro por la ventana mientras de fondo suena una canción muy familiar, la escucho una y otra vez  Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me I’m not sleepy and there is no place I’m going to Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you…….”  No es casualidad que la escuche tantas veces, es como si cada nota de la canción estuviera perfectamente coordinada con cada golpe de las teclas mientras escribo. Recordar… Pensar… Mientras sonaba esa majestuosa canción, Hunter explotaba en el aire, rodeado de colores rojos, verdes, violetas, amarillos. Un terrorífico sonido… Bomm en el cielo… un silencio en honor a su persona y el segundo disparo…, el definitivo.
            Con mi socio y amigo Barsut, tenemos una regla de oro tacita que es no nombrarlo en los textos, con sólo decir Gonzo alcanza (No es porque sea un estilo periodístico, pero si por un profundo respeto). Sin embargo, en una ocasión como está es indispensable decir su nombre, para que los lectores, si es que todavía existe alguno, puedan entender un poco de que estamos hablando, aunque no se diga mucho. No es que el Gonzo se termine en estas líneas, pero estoy tratando de buscar un final que se adecue a la altura de Hunter, no sé si es un homenaje que se parece a una patada en el orto, o una patada en el orto que pretende ser un homenaje. En estos momentos estoy  re-hojeando Mescalito, Días de Ron, Miedo y Asco en las Vegas, Los Ángeles del infierno, tratando de buscar algo de él, con que poder cerrar estás palabras, pero todo es digno de escribir.
            Al carajo todo, Hunter tenía su propia definición de verdad, justicia, honor. Se fue por la puerta de atrás, nunca pidió permiso. Así que es una perdida de tiempo buscar algo digno.  Aunque su carta suicida fue muy explicita, hay cosas que quedaron flotando en mi cabeza y seguramente en la suya también. Sólo una frase salta de un lado para otro en mi mente. Es el fragmento de un poema de Jim Morrison, que reza así: 


“Oh, Padre, perdóname. Porque sé exactamente lo que estoy haciendo”

sábado, 22 de enero de 2011

Antes... Mucho antes del Sueño Latino


Primera parte

El hallazgo de nuestro Santo Grial



Por Sanchez Thompson


 El orden cronológico de los hechos me resultan borroso a está altura del juego, y por momento siento que todo esto salió de algún guión de cine barato, éramos tan inocentemente ignorantes. No estábamos preparados para un viaje de esa magnitud.
            Hace aproximadamente seis o siete años, Matías, un amigo de la adolescencia, había llegado a mi casa en bicicleta, eran alrededor de las 2 de la tarde.
             Bajó de la bici, se acomodó en un sillón y me pidió un vaso de agua. Me encojo de hombros y entro en la casa a buscar el vaso. (A todo esto, Matías ni siquiera me saludo cuando llegó).
            Se tomó el vaso de agua y quedó en silencio por unos segundos. Después le traigo otro vaso y  le pregunto:
- ¿Qué carajo te pasa,  discutiste otra vez con tu novia?
- No, estoy re loco- me contesta.
      Seguramente, había estado fumando alguna que otra “tuca” con los degenerados y adictos que por aquellos años se hacían llamar compañeros de secundaria, me imagino que algunos de mi ex compañeros, probablemente estarán presos, cumpliendo alguna condena por robo a mano armada, sé de otros que formaron familias y engordaron y quedaron pelados, otra parte de ellos tuvieron un destino más cruel y triste, se hicieron policías. En fin,  pensaba que Matías estaba exagerando el viaje,  pero la realidad era mucho más verde y dulce.
      En ese momento se paró del sillón y extendió los brazos hacía los costados y gritó: “¡Boludo!.. Encontré un ladrillo de marihuana así de grande”.  Por aquellos días teníamos alrededor de 15 ó 16 años, las drogas eran escasas y fugases. Hasta ese día.
-         Bueno, vamos a fumar ¿Dónde está todo ese faso?- le digo
-         No, no lo traje, tenía miedo de que alguien me siga. Lo dejé escondido atrás de la cancha de fútbol de mi barrio- me contestó
-         ¿Quién te va a seguir?- digo, entre risas
-         No se, pero nadie se olvida de tanta marihuana, así nada más- explico.
Entro a mi casa, saco mi bicicleta y digo: “Vamos a buscarlo y nos fumamos uno”.
- Dale, vamos, lleva papelillo- me dijo.
- No, no tengo- le conteste.
- Bueno vamos a tener que pelar el papel de los cigarrillos- me explicó (Es el papel metalizado que viene dentro de los paquetes de cigarrillo).
      En esa época, el mercado de las drogas y demás elementos que se utilizan para su consumo, así sea, seda, picador, jeringas, pastillas, marihuana, cocaína, tuqueros, LSD. Todo eso era un mundo bastante desconocido para nosotros. Creo que nadie se animo a admitirlo, pero teníamos la sensación de que si íbamos a comprar seda, terminaríamos en la cárcel, por comportamiento delictivo o alguna otra causa parecida.  Es por eso que le dedicábamos horas y horas a sacar todo el papel metalizado a las envolturas de cigarrillos.  Es más, tengo un amigo, que por aquellos días, se pasaba 4 ó 5 horas por día pelando estos papeles. Todavía me acuerdo de una tarde, cuando fui a visitarlo. Llego a la casa y le pregunto a la mamá si estaba su hijo.
- Sí. Pasa, Silvio está en su pieza- me contesto
      Cuando entro a la habitación, veo a mi amigo, tirado en la cama con alrededor de 100 ó 200 de estos papeles, todos pelados. No podía creer la imagen que estaba viviendo, el maldito condenado se había pasado la mitad de la tarde drogado y pelando envolturas de cigarrillos.
-         Estas mal de la cabeza- le digo mientras alzo del suelo un puñado de sedas.
-         Bueno hay que estar preparado- me contesta.
-         Tranquilamente podrías vender seda a todos lo drogotas del colegio- le sugiero.
-         No, no soy tan bueno pelando estas sedas- me contestó, y en ese momento
saca de atrás de la cama una bolsa, que cumplía la función de un basurero, tenía otros 100 papeles rotos dentro de la bolsa.
      Me mostró la bolsa y me dijo: “Mira todos los que se rompieron y yo que pase todo el día buscando paquetes de cigarrillos vacíos por la calle. Estos papeles son una mierda, pero igual es divertido hacer esto”.
-         ¿ Cuántas horas hace que estas haciendo esto- le pregunto
-         No se, desde que llegué del colegio- expresó.  Después de un rato saca otra de estas sedas del bolsillo y me dice: “Estas aburrido, toma este papel y pélalo”.
      Habíamos tardado alrededor de 15 minutos en llegar a la cancha de fútbol, en el camino fuimos haciendo todo tipo de chistes sobre el faso. Fueron 15 minutos de emoción, no me podía imaginar toda esa marihuana  ¿De dónde había salido? ¿Cómo había encontrado todo eso? ¿Nos íbamos a fumar todo esa hierba?
 Para llegar a la “canchita”,  había que desviarse unas dos cuadras de la casa de Matías, un extremo del arco daba a la calle y el otro daba a un terreno baldío. Dejamos las bicicletas a un costado de la cancha y nos metimos unos treinta metros adentro del terreno, después de un rato pude ver una mochila que tenía el escudo de Boca en la parte de atrás. Era una de esas mochilas que se usaban cruzadas por la espalda y en lugar de tener un cierre, tenía un grueso cordón negro. Estaba toda cubierta por hojas y ramas de árboles.
-         ¿Está todo ahí adentro?- pregunto
      Matías se arrodilla delante de la mochila, saca todas las ramas y las hojas y  desata el cordón. Adentro había una bolsa negra. Cuando abre la bolsa de plástico negra, dentro de mi cabeza sonó un platillo ¡Charannn! Era como la entrega de los Oscar de las drogas y nosotros habíamos ganado el oro.
      Dentro de la bolsa había 4 ó 5 kilos de marihuana, en su momento había sido un ladrillo, pero Matías lo había desarmado todo, para que no formara un bulto muy grande. Me arrodillo al lado de Matías y meto la mano, y saco un puñado de faso y sin quitar la vista de mi mano llena de faso, le digo a Matías: “¡Mira todo esto!..., y yo que todavía no aprendí a armar un buen porro”.
- Ni yo tampoco- me contestó.


CONTINUARA……………….